lunes, 4 de enero de 2021

54. El festival.

(...) Las chicas comenzaron a bajar las escaleras de casa de Jez. Los señores Krons y el mayordomo, que ya estaban listos para el festival, las esperaban en el salón. 

- ¡Madre mía! -Exclamó Sheeba.- Estáis preciosas, queridas. 


-Los jóvenes se pelearán por sacarlas a bailar, señoritas. -Dijo entre risas Aron. 


-Que adulador, señor Krons... -Dijo Mika levemente sonrojada. 


Todos los allí presentes rieron y comenzaron a salir de la casa. Hannako se sujetó al brazo de Kathra, no estaba acostumbrada a llevar tacones, por pequeños que fueran. Jez caminaba distraída junto a Karim y Silver, se colocaba bien el vestido hasta que las jóvenes se detuvieron en seco y la pelirroja, por inercia, las imitó y alzó la vista.  


Frente a ellas, se encontraban Derek, Flavio y Antonio. El hijo del herrero llevaba un traje de chaqueta negro de tres piezas, su amigo vestía un traje de dos piezas en azul marino. Antonio, por su parte vestía un traje regional de su tierra. Tras los chicos, estaban sus respectivas familias, el señor y la señora Ackerman y Sara, la hermana de Derek; y la señora Valerio, junto a los hermanos mellizos de Flavio. 


-Ole, ole y ole las cosas bonitas. -Exclamó Antonio a los cuatro vientos a lo que todos los presentes rieron. 


-Señor Krons. -Derek se acercó al padre de Jez y extendió la mano hacia él. - ¿Nos dejan acompañarlos? 


- ¡Por supuesto, señor Ackerman! -Exclamó Aron, estrechando la mano del joven herrero. - ¡Cuantos más, mejor! Además, creo que a algunas chicas les vendrá bien un brazo donde apoyarse. -Soltó una carcajada. 


-Pero qué guapo está sin el uniforme, parecen dos personas completamente diferentes... -Comentó Karim entre risas. 


- ¿Te refieres a Flavio? -Susurró la pelirroja sonriendo de lado y empujó suavemente a Karim para que perdiera el equilibrio momentáneamente, la sujetó para que no cayera al suelo. -Flavio, querido, ¿te importa ayudar a Karim? -El joven, aun junto a Aron y Derek, alzó la vista hacia Jez y se acercó rápidamente para ayudar a Karim a erguirse. - Gracias, cielo. -La joven sonrió a su amigo y le guiño un ojo, que éste devolvió sonriendo. 


- ¿Tú no necesitas ayuda? -Derek apareció junto a la pelirroja y ésta dio un pequeño respingo hacia atrás, con tan mala suerte que su tacón se quedó atascado en un adoquín y estaba a punto de caerse de no ser porque el hijo del herrero la sujetó y la estrechó contra su pecho. - Vaya, parece que sí. 


-Derek...-La joven apoyó las manos en los pectorales del joven y lo apartó suavemente a la par de que se erguía. - No necesito ayuda, pero gracias. -La joven comenzó a andar, alejándose del joven, pero éste le cogió la mano. 


-No voy a intentar nada, sólo déjame ser tu acompañante. -Dijo el herrero acercándose de nuevo a ella. 


-Está bien, señor Ackerman. -La joven se colocó junto a él y se agarró a su brazo. - Es usted un grano en el culo cuando quiere.  


-Lo . -Dijo el joven entre risas. 


-Derek... -Mika se acercó a ellos. - ¿Puedes ayudarme? -Lo miró con ojos de corderito degollado. - No se andar con estos zapatos en los malditos adoquines. 


Derek y Jez rieron, el joven le ofreció a la chica el otro brazo y ésta casi que se colgó de él. Flavio llevaba a Karim y Hannako. Antonio ayudaba a Silver y Marina. Mientras Kathra, iba cogida del brazo del señor Krons 


Unos metros más adelante, apareció Jake, vestido con un antiguo traje que Aron Krons le había regalado unos años atrás en color azul marino. Kathra, se soltó del brazo de Aron y se acercó a Jake, intercambiaron algunas palabras y la joven se agarró del brazo de su amigo.  


Todos juntos se dirigían a la plaza frente al Palacio, donde se realizaba el festival. Todas las calles estaban perfectamente adornadas para la ocasión. 


Minutos más tarde, llegaron a la Gran Plaza de la Emperatriz, donde había cientos de puestecillos, de comida, de joyas, de juegos, de ropa... Había también varios grupos de música, mesas en el centro de la plaza y una zona de baile.  


-Madre mía, ¡si esto es como volver a mi casa! -El joven se giró hacia sus amigos. - En mi ciudad todos los años tenemos una verbena parecía en el mes cuarto. Tenemos música, comida, baile, bebida... Buah algún año tenéis que ir, ya hablaré con la yaya pa que os haga hueco, aunque sea en el granero. -Antonio estaba eufórico, miraba a todas partes, igual que Hannako 


Los padres de Jez y Gerome, se despidieron de los jóvenes y desaparecieron entre la multitud. Los padres de Derek y la madre de Flavio hicieron lo mismo. Los hermanos pequeños de los jóvenes se fueron también a buscar a sus amigos. 


- ¿Buscamos al resto del barracón? -Preguntó Jez, aun sujeta del brazo de Derek.