jueves, 8 de octubre de 2020

14. Un nuevo comienzo.

 Cuando el Capitán Kazuya terminó de hablar y los adultos se marcharon. Los jóvenes empezaron a hablar entre ellos. Chicos y chicas se presentaron unos a otros. Antonio, de pelo moreno y acento arguésCastle, castaño de ojos claros; Alexander, de espalda ancha y cabello negro; Hawk, ojos avellana y pelo moreno; y, por último, William, de pelo rubio, ojos azules y engreído allá por donde fuera. 

A media mañana, Jezebel subió al dormitorio, se quitó el tahalí de la espalda, dejó la espada apoyada contra la pared y siguió adecentando su nueva cama. Cuando acabó de guardar sus cosas algunas chicas habían entrado y seguían desempacando. Se tumbó en la cama, mirando al techo. De repente, algo cayó sobre ella y se sobresaltó. Era Mika, la pequeña nerviosa. 


Hola! Te llamas Jezebel, ¿verdad? - Dijo la joven sonriendo ampliamente. 


-Si... -Dijo Jez mientras se acomodaba en la cama para poder mirar a su compañera. 


-Me gusta tu pelo...-La chica cogió un mechón del cabello pelirrojo y lo acarició, como si fuera un conejito.- ¿Es tu color de verdad o una bruja te lo hizo?  


-No –Jez no pudo evitar una gran carcajada.- Es mi color desde que nací, es raro, lo se  


-Me llamo Mika .-Dijo de nuevo la niña y extendió una mano hacia Jez, mientras aun sujetaba el mechón de pelo con la otra. 


-Encantada Mika –dijo Jezebel sonriendo y estrechando su mano. 


La joven se bajó de encima de la pelirroja y se aceró a Kaori y Marina, que estaban hablando en la otra punta de la habitación. 


Sin darse cuenta, Jez acabó durmiéndose, estaba cansada, habría dormido sólo un par de horas la noche anterior. La despertó un fuerte grito que los llamaba a comer. Sobresaltada acabó de rodillas en la cama, con el pelo enmarañado y en la cara. Por suerte no había nadie en el dormitorio. Se levantó, se peinó rápidamente, se recogió una cola alta y se dirigió al comedor. 


Por fin te encuentro! -Exclamó Kath al ver a su amiga. 


-Me he quedado dormida –Dijo Jez, pasando el brazo por los hombros de su amiga.- Vamos a comer 


Rieron y se encaminaron al comedor, donde ya estaban todos sus compañeros. Rodrik estaba tras la barra sirviendo los platos, los jóvenes los recogían y se sentaban en las mesas de merendero que había por el comedor. Las chicas se pusieron a la cola, detrás del gran Alexander, era agradable, a pesar de lo tosco y callado que parecía. Cuando le tocó a Jez, el Sargento Rodrik cogió un plato y echó en él una especie de pasta morada con cosas verdes y negras, Jez miró al sargento alzando una ceja. 


-No me mires así, es pasta de remolacha con espinacas y aceitunas, estás más bueno de lo que parece, señorita Krons.-Dijo Rodrik. 


Jez miró a su amiga y salió de la fila. Observó al resto de sus compañeros, que parecían tener el mismo recelo a probar la comida de Rodrik. Se sentó en una de las mesas junto a Jake y María. En ese momento, María se estaba llevando el cubierto a la boca mientras Jake la miraba con cara de asco. Unos segundos después de meterse la comida en la boca, María alzó el pulgar. Todos la miraron alzando una ceja, sólo esperaban que no fuera una broma... Respiró hondo, cogió una porción de su plato y se lo comió. Oh dios mío, estaba delicioso. Asqueroso a la vista, pero exquisito al paladar. 


Después de comer, se fueron al patio todos juntos. Cada uno fue contando porqué quería entrar en la Orden del Cielo: Alexander quería demostrar que no hace falta usar espadas para defender un reino; Hawk quería ser el caballero que rescatara a las damas en apuros; Mika deseaba ser mejor que sus hermanos mayores; William simplemente estaba allí porque era la Orden o trabajar en el negocio familiar y Silver estaba con él para protegerlo. 


A media tarde, empezaron a entrenar entre ellos, a mostrar algunas de sus técnicas. Jez, le pidió a Alexander que le enseñara a dar algunos golpes. Con un muñeco de practicas, le explicó algunos movimientos sencillos a los que podía acompañar cuando luchara con la espada. Kathra y Maria estaban en las diana, practicando puntería. Derek, Castle y Mika, en la pista corriendo. Jake y Antonio estaban practicando entre ellos, igual que Karim y Marina. William simplemente estaba sentado, observando a los demás y Silver, detrás de él, sumisa. 

Cuando se dieron cuenta, era de noche, la hora de cenar. Estaban todos muertos de hambre, a pesar de la mala pinta que tenía la cena, no dudaron en hincarle el diente. Después de cenar y limpiar el comedor, todos se fueron a la cama. Al día siguiente empezarían la nueva rutina. 




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