A la salida del barracón, chicas y chicos se encontraron mientras salían al patio. Allí había cuatro figuras que los esperaban, tres hombres y una mujer.
-Bienvenidos, cadetes. - Dijo uno de los hombres, era alto, moreno, con los ojos claros. - Mi nombre es Capitán Phein Kazuya y seré vuestro instructor principal. -Señaló a la mujer rubia, llevaba un escudo a la espalda. - La Sargento Iritia, instructora de combate. -Se giró hacia los hombres. El primero llevaba traje de tres piezas - El Sargento Matías, instructor de etiqueta y arte. - Señaló al último hombre, con camisa ancha y una gran sonrisa. - El Sargento Rodrik, instructor de armería y cocinero de la base.
Según los iba presentado, hacían el saludo de la Orden; se llevaban un puño al corazón. La mujer, Sargento Iritia, parecía muy recta y profesional, una luchadora nata. El Sargento Matías tenía un porte maravilloso, cuidado con los años. El Sargento Rodrik parecía más tosco que los demás, más campechano. Por otro lado, el Capitán Kazuya emanaba respeto, daba algo de pavor pues sus ojos se parecían a los de Kaori, parecían blancos y cuando fija la mirada en tus ojos, parece que puede ver dentro de ti.
-Están aquí porque fueron unos inútiles en las pruebas de acceso. -Dijo el capitán. Vaya, directo a donde duele...- Pero al menos parecen unos inútiles con agallas y parecen tener ganas de aprender. Todos tenéis entre 9 y 13 años, pero no os penséis que esto va a ser un campamento de verano. Vais a correr, saltar, trepar...Vais a sudar, vais a llorar. Pero si queréis llegar hasta el final, lo haréis con valor y coraje. Cada uno habéis traído vuestras armas, aquí os enseñaremos a que esas armas sean parte de vosotros. Os enseñaremos a trabajar en solitario, en equipo, a proteger a otros... ¿Seréis los mejores?
- ¡Si, señor! -Gritaron los cadetes.
-No os oigo, ¡más fuerte! -Gritó el capitán.
- ¡Señor, sí, señor! - Volvieron a gritar más fuerte.
-Bien, ahora id a desempacar vuestros equipajes, conoceos entre vosotros... Mañana comenzamos el entrenamiento.
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