martes, 1 de diciembre de 2020

51. Mañana nos vamos a casa.

Los días pasaron y ni Jake ni Derek volvieron a sacar el tema. Jez se encargó de hacerle las curas de la nariz a Jake, en completo silencio, salvo cuando el joven se quejaba.  

El jueves por la tarde, Phein los reunió a todos en el patio de entrenamiento. 


-Cadetes, mañana es empieza el Festival de Arkángel. -Comenzó el Capitán Kazuya.- Eso quiero decir que, durante los próximos tres días, estaréis de vacaciones y podréis visitar a vuestras familias. Aunque deberíais seguir alerta por los últimos acontecimientos. Podéis empezar a hacer las maletas y salir mañana por la mañana según os vayáis levantando, ya que no habrá entrenamiento. 


-Señor. -Antonio levantó la mano. - Como sabe, mi familia vive lejos, ¿podría venir a dormir al barracón? 


-Sin problema. -Contestó el capitán. - Los que no vayáis a casa estos días, podéis seguir durmiendo y comiendo aquí, Matías y Rodrick se quedarán también. Recordad que sois cadetes de la Orden, así que comportaros como tal. -Dio una palmada. - Disfrutad del festival, cadetes. 


Phein se retiró y quedaron los jóvenes. Todos empezaron a hablar entre ellos sobre lo que harían, cómo se vestirían... Jezebel se alejó de sus compañeros y subió a la habitación para preparar la maleta. 


En el dormitorio, recogió la ropa, metió también los libros que le había prestado Kazuya. Cuando acabó, se sentó en la cama. Tenía ganas de irse a casa y desconectar unos días.  


- ¡Vamos a hacer una fiesta privada, Jez! -La voz de Mika la sacó de sus pensamientos. 


- ¿Estas bien, cielo? -Preguntó Silver, que acompañaba a Mika. 


-Si, si -sonrió la pelirroja.   


- ¡Si! -Gritó Mika. - El sábado en casa de William. 


- ¿En casa de los Moore? -Jez alzó una ceja mirando a Silver. 


-Ha sido idea de William. -La joven encogió los hombros. 


*** 


Después de cenar, todos los cadetes se fueron a sus respectivas habitaciones, Jez se metió en la cama y cerró los ojos. Estaba ansiosa por pasar unos días en casa. 


-Kazuya me ha dicho que Félix y yo deberíamos quedarnos en el barracón a dormir. - Comentó Hannako. 


-Pero, al menos, podrás salir, ¿no? -Preguntó Kathra. 


-Si, si... pero tengo que ir siempre con alguien. -Respondió la chica. - Puedo salir con Félix, Antonio, Alexander... y que me deje con alguien. Y para volver, igual, me recogen y vuelvo con ellos. 


La pelirroja se giró, se tapó con la sábana y cerró los ojos, intentado dormirse.  


Al cabo de varias horas, cuando todas las chicas estaban durmiendo, tenía la sensación de que alguien la observaba. Abrió los ojos y se sentó en la cama. Se restregó la cara con las manos. Miró hacia la ventana y vio una sombra que se desvanecía.  


Saltó de la cama y se acercó a la ventana, espada en mano. No había nada. 






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