19. ¿Y ahora qué?

 Jezebel zarandeó levemente a su capitán, hasta que éste reaccionó. Parpadeó varias veces y volvió la vista al colgante, luego a la cadete. 

-Ni se te ocurra bajar allí. -Dijo el capitán muy serio. - Se lo que estás pensando, pero bajo ningún concepto debes bajar a las alcantarillas. Yo me encargaré de este asunto, lo comentaré con mi comandante y veremos qué podemos hacer. Primero tendremos que hacer un reconocimiento de los conductos. Se cuál es el puente donde empieza la visión, así que empezaremos desde ahí. Y ni se te ocurra hablarle a nadie sobre este colgante, yo me encargo de él. No sé de dónde ha salido, pero lo averiguaremos. 

-Pero, señor, si se lo dice al comandante, tardarán días. Días que esa niña no tendrá, estoy segura. -Replicó la joven. 

-No. -Contestó el capitán y alzó un dedo delante del rostro de la joven. - Jezebel, no. No vas a bajar a las alcantarillas bajo ningún concepto a no ser que yo mismo te lo ordene. 

-Pero, señor... 

- ¡No! -Alzó la voz el capitán.- Y ahora siéntate que te revise el costado. 

La joven obedeció en silencio a su superior, se sentó en la camilla, se quitó la camisa y dejó que le inspeccionara el flanco. La revisión transcurrió en silencio, pero la joven no estaba de acuerdo con su capitán. Cuando terminó de cambiar el vendaje, el capitán le dijo que podía marcharse y así lo hizo, realizó el saludo de la Orden antes de salir. Se dirigió a los dormitorios mientras se colocaba bien la camisa. Cuando entró, todas las chicas se quedaron mirándola y Jez paró la marcha en seco. 

- ¿Y bien? ¿Qué ha dicho? -Preguntó Mika. Jez alzó una ceja y miró a Kathra. 

-No podías estar calladita...-Puso los ojos en blanco y se dejó caer en su cama. - Me ha prohibido ir. ‘’Ni se te ocurra bajar allí’’, ha dicho. -Se puso el antebrazo sobre los ojos, cubriéndose, resopló. 

-Pero no estás de acuerdo, ¿verdad? -Dijo Karim. -  

-Claro que no estoy de acuerdo, Karim. -La joven se apoyó en los codos, para quedar más alzada y poder mirar a sus compañeras. - Pero si no obedezco y voy a buscar a la niña, podrían echarme y adiós a mi sueño. -Apretó el puño. Claro que quería ir. 

-Pero...-Empezó diciendo Kathra.- ¿y si voy yo, pero tú vienes a detenerme? Tu eres más fuerte... pero yo soy más rápida y podría escabullirme de ti fácilmente. Pero como eres una gran amiga, no quieres que me pase nada y vas a buscarme para traerme de nuevo al barracón... -Jezebel miraba a su amiga con una ceja alzada mientras asentía lentamente. 

-En teoría, no he decidido ir yo, sólo iría a evitar que tú te metieras en líos... 

-Os meteréis las dos en un buen lio. -Dijo Marina. - Si el capitán o alguno de los sargentos se entera de esto... 

-Por eso mismo, no se van a enterar. -La interrumpió Karim. 

-Tampoco van a ir solas. -Dijo Castle, que apareció en la puerta de la habitación. Todas las chicas se giraron hacia él. - Perdón por poner la oreja, pero pasaba por la puerta y lo escuché. - Se sentó junto a Jezebel.- Yo también voy. -Declaró dándole una palmada en la pierna a la pelirroja. 

-Y yo no sería un hombre si dejara que mis compañeras y mi amigo se embarcaran en esa aventura y no les ayudara. -Dijo Antonio caminando hacia el grupo. 

-Chicos, no podéis venir. Si nos pillan a nosotras será por nuestra propia culpa...pero no quiero que os echen por nosotras. -Dijo Jez. 

-Vamos, pelirroja, me aburre estar aquí todo el día. Llevamos aquí encerrados casi un mes...-Dijo Castle. 

-Claro, chiquilla. -Antonio se sentó al otro lado de Jez, que se incorporó, el joven pasó un brazo por los hombros de su compañera. - Si no estuviéramos preparados, la semana que viene no empezaríamos con las patrullas. 

-Y si no nos dejas ir, no nos quedará más remedio que decirle al capitán lo que planeáis...-dijo ojitos claros. 

-Castle, eso es chantaje como el palacio de grande. -Dijo Jez mientras miraba a los dos chicos que la rodeaban y ellos asentían. -Os odio, que lo sepáis. -Miró a su amiga. - Esta noche iremos a por la niña.