lunes, 19 de octubre de 2020

21. Busqueda

Llegó la hora, se deslizó de su cama hasta la de Kathra para despertarla. Se vistieron y bajaron al vestíbulo trasero donde ya estaban Castle y Antonio colocando la escalera para descender. Kath sería la última en bajar para desenganchar la escalera y luego saltaría, ya que es la más pequeña y la pueden coger.  

Una vez ya en el sótano, en una de las cajas había armaduras y refuerzos antiguas, así que cogieron petos, guantes y espinilleras. Jez encendió una antorcha y abrió la puerta de reja que daba a las alcantarillas, siguieron el mismo camino que la otra vez hicieron las chicas. 


Minutos después salieron a un par de calles del barracón y en cuestión de media hora llegaron al puente de la visión. Rompieron el candado, que cerraba la puerta desde dentro cuando lo normal es que el cerrojo esté por fuera de la puerta. Abrieron la reja y se adentraron, dejando entreabierta la puerta.  


A unos doscientos metros de la puerta, empezaba a verse algo de luz, como en la visión. Según se iban acercando a la luz, se veían sombras a los lados del pasillo. Eran mendigos durmiendo. Jezebel se llevó un dedo a los labios para indicar a sus compañeros que guardaran silencio y siguieron avanzado. 


En el arco de entrada de una gran sala iluminada, había cuatro hombres sentados en una mesa comiendo y bebiendo; y al otro lado de la sala, la jaula con la niña dentro y un chico, no mucho mayor que ellos, junto a la cárcel de la pequeña, arrodillado, hablando con ella. 


Jez se giró hacia sus compañeros para informarles de la situación, sacó la bomba de humo que le había dado María con la antorcha que llevaba Antonio y la lanzó dentro de la sala. 


Los hombres se levantaron y se pusieron en guardia. Los jóvenes entraron, mientras Antonio, Castle y Kathra se encargaban de ellos, Jez se deslizó hasta la jaula, donde no había llegado el humo y el chico que estaba allí, sacó su arma, una quebradora. 


-No quiero hacerte daño, sólo quiero a la niña. - Dijo Jezebel  


-No puedo dejar que te la lleves. -Dijo el chico de pelo negro y ojos azules. 


-Felix...-Susurró la niña desde la jaula, alargando el brazo hasta coger el pantalón del chico. 


-Cállate, Hannako. -Dijo Felix, que se lanzó contra la pelirroja. Jezebel interpuso su espada entre ellos dos. 


-No quiero hacerle daño, sólo quiero sacarla de aquí. -Dijo la joven 


-Si dejo que te la lleves, me mataran a . -Afirmó Felix. 






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