martes, 20 de octubre de 2020

22. Rescate.

Los dos jóvenes estaban cara a cara, con sus armas chocando, haciendo fuerza el uno contra el otro. Detrás de ellos, cuando se disipó el humo, veía cómo sus compañeros luchaban contra los otros hombres, uno de ellos estaba en el suelo, con una flecha de Kathra atravesándole el muslo. Jezebel empujó a Félix, para apartarlo de ella. 

- ¿Estás bien? -Preguntó la pelirroja a la niña. 


-Si, si...-Susurró la niña, intentado coger de nuevo el pantalón de Félix.- Él me cuida mucho... 


-Así que te preocupas por ella...-Dijo Jez. - Mi nombre es Jezebel, soy cadete en el barracón nueve. No sé cómo ni porqué, toqué una gema que me mostró el camino hacia esta niña. Y estoy decidida a llevármela conmigo. Puedes dejar que me la lleve por las buenas o por las malas, Félix. -Amenazó la joven, que mantenía la mirada fija en los ojos de su rival y en guardia. 


-Felix... vamos con ella. -El chico miró a Hannako.- Ella es buena, lo sé. Déjame ir con ella y ven conmigo... -La pequeña parecía a punto de llorar. 


El joven se acuclilló junto a la jaula y le acarició la cabeza a la chica de pelo verde. Jez no se había percatado hasta ahora, pero la niña tenía orejas como las de un gato.  


-Eres una niña especial, Hannako. No puedes dejar que te vean, así como así. -Dijo Félix, acariciando una oreja de la chica, miró a Jezebel.- ¿Puedes asegurar su seguridad? 


-Acabo de escaparme de mi barracón con tres compañeros y me podrían expulsar por ser el artífice de este plan, ¿tú qué crees? -Contestó la pelirroja. 


- ¿Estás segura? -Le preguntó Felix a Hannako, que asintió. 


Felix cogió las llaves que colgaban en la pared, el hombre que luchaba con Kathra lo vió y se lanzó contra él para atacarlo, pero con un suave movimiento, Felix lo lanzó al otro lado de la sala. Se acercó a la jaula y la abrió. Hannako se lanzó a sus brazos y éste se puso en pie con la niña en su costado, agarrada a su cuello. 


-Yo iré con ella. -Le dijo a Jezebel, que asintió. La pelirroja se giró y golpeó a uno de los hombres en la nuca. A su vez, Castle noqueó al último. Estaban todos bien. - Nos vamos. 


Kathra y Antonio salieron por donde habían entrado, luego CastleJezebel empujó levemente a Felix para que fuera delante, aún no se fiaba de él como para darle la espalda. 


De repente, los mendigos del pasillo estaban despiertos, haciendo de barrera entre ellos y la salida de las cloacas. 


-No podemos dejar que os los llevéis. -Dijo uno de ellos. Eran siete, ellos cinco y una niña. 

Felix dejó a Hannako en el suelo, a un lado, detrás de una caja y cogió de nuevo su quebradora. 


-Estoy harto de vosotros. -Dijo y se lanzó contra ellos. Los demás jóvenes se miraron entre sí y atacaron. 


Los mendigos iban armados con navajas y pinchos, muy rudimentarios, como si ellos mismos lo hubieran hecho. Los fueron noqueando poco a poco, hasta que sólo quedó uno. Salió corriendo, pero Kathra cogió su arco y le disparó en la pierna, calló al suelo. Felix volvió a coger en brazos a Hannako y cuando pasó por el lado del mendigo lo golpeó en la cabeza de una patada y lo noqueó. 


Los jóvenes cadetes siguieron a Félix hacia la salida. Una vez fuera, Castle cerró la puerta y el candado. Estaba amaneciendo. Debían darse prisa en llegar al barracón antes de que todos empezaran a levantarse, sobre todo el capitán y los sargentos. Corrieron por la ciudad rumbo al campamento. Quizás pudieran esconderlos un par de días en las habitaciones, después los sacarían por las cloacas del sótano y hacer como que se habían escapado.  


Entraron al recinto por la puerta que daba a la cocina, corrieron hasta la salida trasera del barracón y subieron las escaleras. 


Phein.




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