miércoles, 21 de octubre de 2020

23. Dos por uno.

 El capitán Kazuya estaba sentado en los últimos escalones de la escalera. 

-A mi despacho, ya. -Dijo, se levantó y entró a su estudio. 


Los jóvenes cadetes se miraron unos a otros, respiraron hondo y subieron las escaleras hasta el despacho del capitán. Kazuya se sentó en la silla y se echó hacia atrás. Miró a los chicos, respiró hondo. Se incorporó y cruzó las manos sobre el escritorio. 


-Creía haberos prohibido hacer esta misión. -Comenzó a decir, con calma, pero se notaba la ira en su voz. -  Te dije que yo me encargaba de este asunto. -Miró a Jezebel directamente a los ojos, parecía que su mirada la atravesaba. Luego miró a los demás. - Habéis desobedecido una orden directa.  


-Señor - Jez dio un paso al frente. - Asumo toda responsabilidad. 


-Cierra la boca, luego iré contigo. - Gruñó Phein, la pelirroja se encogió levemente. -  Como penitencia a este acto, se os restringirá la cena durante dos meses, ayudaréis a Rodrik en la cocina y a todo lo que os pida. Castle, Antonio y Kathra, fuera. -Señaló la puerta. 


Los tres jóvenes salieron del despacho, antes de cerrar la puerta, Castle miró a la pelirroja y le guiñó un ojo en señal de ánimo. Una mano la hizo volver la vista al frente, Hannako le estaba tocando el pelo mientras le sonreía. Era adorable. 


-Bien, ¿qué tenemos aquí? -El capitán se levantó de su silla y se acercó a los jóvenes, Hannako se acurrucó contra Felix, aun agarrando el pelo de Jez, menos mal que era largo. - Tranquila, no voy a hacerte daño. 


-Tranquila, él también es bueno –Dijo la pelirroja, acariciando la espalda de la pequeña. 


-Sus ojos me dan miedo...-Susurró HannakoPhein sonrió. 


-A ella también le asustan... -Dijo Phein señalando con la cabeza a Jezebel.- Le asustan mis ojos, pero no ha dudado en infringir una orden directa de su capitán para ir a rescatarte, en una misión en la que ha involucrado a tres compañeros más, pero estoy seguro de que muchos compañeros más lo sabían, aun así, le han sido leales y no me han dicho lo que pretendía. Y esa es la única razón por la que no voy a expulsarte. -Jezebel , que estaba con la cabeza gacha, escuchando lo que decía Phein, de repente, abrió los ojos y le miró. - Me veo a mi mismo cuando te miro, tienes coraje y no dudas en hacer lo que crees correcto, aunque eso implique saltarte las normas. También te digo, que la próxima que eso ocurra, al menos dejes una nota para saber dónde encontrarte. 


-Si, capitán. -Dijo la chica, sonriendo levemente. - Déjeme que le presente a Hannako y Félix. Ella es la chica de la visión y él, él pertenecía a la banda que la retenía. 


-Sentaos –Dijo el capitán señalando los asientos, él se apoyó en la mesa y los chicos se sentaron. - cuéntame qué sabes de la organización.  


-La verdad es que no se mucho, sólo que al jefe lo llaman ‘’El rey de las Ratas’’, es un hombre mayor, rondará los cincuenta y tantos años, es manipulador y tiene al noventa por ciento de los mendigos de la ciudad a sus órdenes. -Miró a Hannako, que estaba sentada en su regazo. - Tiene un socio, que le gusta comprar... especímenes raros. -Phein alzó una ceja. 


-Hannakoquítate la cinta del pelo. - Le dijo Jezebel y la chica obedeció, como un resorte, las orejitas de la chica se alzaron. 


-Vaya, vaya...-Dijo el capitán y se inclinó hacia ella, luego miró a Jezebel y Felix.- No deben encontrarla ni el rey de las ratas ni la Inquisición, así que se quedará con nosotros aquí, en el barracón y la entrenaremos, para que pueda defenderse sola. 


- ¿Y qué pasará con Félix? -Hannako se apretó contra el pecho del joven. - Él me ha protegido de los hombres malos...-Felix la abrazó y le dio un beso en la frente, miró al capitán. 


-Tendré que arreglar algunos formularios y tendremos que hacerle pasar algunas pruebas, pero parece que está preparado para ser cadete. ¿Estás dispuesto a romper relación con dicha organización? -Preguntó el capitán. 


-Llevo toda la vida en la organización, no recuerdo cuando ni cómo entré, haciendo lo que me ordenan, aunque no me gustase y si no lo hacía me amenazaban con matarme. Siendo sincero, he matado a gente. -bajó la mirada y respiró hondo. - Me arrepiento cada día de ello, pero eran ellos o yo... 


-Está bien –Dijo el capitán. - Podrás quedarte en el barracón mientras se solucionan los temas burocráticos, pero no creo que haya ningún problema. Pero, hasta entonces, tendrás a una persona siempre contigo y tendrás que pasar pruebas e interrogatorios. 


-Está bien. -Dijo Felix asintiendo. - No tengo problema. Y quizás, más adelante, pueda enseñarles cosas a mis compañeros... 


-Bien, puedes irte. Krons y Hannako, quedaros un momento. -Dijo Phein. Félix se levantó, dejó a Hannako en la silla y salió. La chica saltó al regazo de Jezebel y se abrazó a ella. 


Jez, tienes que cuidar de ella, le conseguiré gorros, pañuelos y más complementos con los que pueda cubrirse las orejas, siempre debe haber alguien con ella, hasta que sepa defenderse... 


- ¡Yo se defenderme! -Interrumpió Hannako, estiró la mano y una pequeña llama salió de la nada. - Pero no puedo mantenerla mucho tiempo... 


-Te ayudaremos a controlarlo y que sea mayor. -Dijo Kazuya.- Ahora iros, enséñale su nuevo dormitorio y preséntale a sus compañeras. 


Las chicas se levantaron, Hannako le dio la mano a Jez y se dirigieron a la puerta. 


-Por cierto, Krons –La chica se giró hacia el capitán. - Te quiero en diez minutos en la pista corriendo, hasta la hora de comer. 


-Si, capitán. - Respiró hondo y salió del despacho con Hannako. 




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