Hannako y Jezebel se dirigían al dormitorio cuando Kathra y Mika las interceptaron.
- ¿Te van a expulsar? Porque yo no quiero quete vayas. No me parece bien que te expulsen. ¡Voy a habla con el Capitan Kazuya ahora mismo! -Decía Mika mientras se dirigía al despacho. Jezebel la cogió del brazo y tiró de ella hasta volver a ponerla junto a Kathra, que esperaba también una respuesta.
-Aquí no, en el dormitorio. Vamos. -Señaló hacia la habitación común. Hannako se había escondido detrás de Jez, se había asustado por la intensidad de Mika.
-Pero, pero...-Replicó Mika a la par que Kathra tiraba de ella.
Cuando entraron a la habitación todos, absolutamente todos, los cadetes estaban allí, incluido Felix, que estaba a un lado, separado de los demás. Jake se acercó a Jez corriendo y la abrazó.
-Como vuelvas a hacer otra locura como esa, te mataré yo mismo. -Le susurró al oído.
-Tranquilo, grandullón, estoy bien. -La pelirroja abrazó a su amigo y notaba cómo Hannako se acurrucaba detrás de ella. Se separó de Jake y cogió en brazos a Hannako.
-Bueno, os presento a Hannako y a Félix. -Señaló con el brazo a Félix, que se acercó a ellas y saludó con la mano. - A partir de ahora, vivirán aquí. Félix necesitará pasar algunas pruebas antes de que sea oficial pero no creo que tenga problemas para superarlas. Y Hannako es una niña especial y muy tímida, que se quedará también para protegerla y enseñarla a defenderse. Por orden del Capitán Kazuya, Hannako debe estar siempre, siempre acompañada. -Explicó la joven.
-Pero... ¿y tú? -Preguntó Derek.
Todos los ojos de la habitación se clavaron en la pelirroja, que dejó a Hannako en el suelo y se paseó por la estancia, respirando hondo, todos la seguían. Se paró y los miró.
-Me quedo.
Casi todos los cadetes gritaron, saltaron y abrazaron a la joven.
-No vuelvas a hacerme eso. -Dijo Kathra cuando la abrazó.
-Te ataré a la cama si hace falta. -Amenazó Karim.
-Ole, ole, ole las papas con choco. -Celebró Antonio, que la cogió en brazos.
-Bueno, bueno...ya basta. Es hora de empezar la rutina, bueno, vosotros a hacer la rutina, yo a correr hasta la hora de comer. -Dijo Jez una vez en el suelo moviendo las manos hacia abajo en señal de tranquilidad. - Cambiaos de ropa y bajemos a entrenar para llegar a ser los mejores y, así no tener que escabullirme. -Rio la joven. - Chicos, ¿podéis prestarle algo de ropa Félix? Y Mika, ¿puedes dejarle ropa a Hannako?
-Creo que mi ropa le servirá. Venga, vamos. -Dijo Jake al chico nuevo.
- ¡Claro! -Exclamó Mika. Se acercó a Hannako y le tendió la mano. - Mi nombre es Mika, seremos amigas. -Dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Hannako se quedó en silencio y miró a Jezebel, que asintió con la cabeza, animándola, y sonrió cuando la pequeña tomó la mano del terremoto de Mika.
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