-Mamá...-Jez se acercó a su madre y le tomó la mano. - vamos a casa. -La joven miró a Jake y éste empezó a caminar hacia la casa de los Krons.
-Jez, yo...-dijo Marina.
-Ahora no, Marina, lo sé, tranquila. -La pelirroja miró a su compañera y le dedicó una leve sonrisa cariñosa. La joven asintió y le devolvió la sonrisa.
Llegando a casa de los Krons, Gerome y Aron llegaban corriendo. El padre de Jez, cogió a su esposa de los brazos de Jake y la metió en casa, la dejó tumbada en el sofá. Empezó a hacer preguntas, a andar de un lado a otro.
-Papá. Papá. -Jez respiró hondo y gritó a su padre, de forma autoritaria. - ¡Papá! Sal de casa, avisa a un médico y déjame que la examine mientras llega. -Miró a los hombres que había en la sala y señaló la puerta. - ¡Todo el mundo fuera! Marina, quédate.
El padre de la pelirroja se paró en seco cuando oyó el grito de su hija. Cuando ésta terminó de hablar todos los hombres salieron de la casa en silencio, Marina cerró la puerta y las cortinas cuando se fueron.
-Mamá, ¿qué te ha hecho? -Jez, empezó a apartar la ropa de su madre. - Marina, en el armario de la cocina hay un botiquín, tráemelo, por favor. -La joven asintió y fue a por lo pedido.
-Estoy bien, cariño...-susurró Sheeba.- Me cogió de improviso, no lo vi venir, me dio un golpe en la cabeza...-Se llevó una mano a la cabeza, Jez se fijó, tenía varios arañazos y contusiones.
Marina volvió con el botiquín y Jez empezó a curar las heridas de su madre, tenía una herida abierta en la pierna, parece de cuando el hombre la golpeó y cayó al suelo. Al cabo de unos minutos, terminó de curar las heridas y se dispuso a coserle la pierna a su madre.
-Marina, coge de la cocina el alcohol de encima de la pila. -Dijo la joven, la otra chica, que tenía un poco la cara descompuesta obedeció a su compañera y en un momento, trajo la botella.
- ¿No crees que aun eres joven para beber alcohol? -Dijo su madre, alzando una ceja.
-No, mamá -Dijo la joven sonriendo. - No es para mí, es para ti... tengo que coserte el corte del gemelo. -Le dio la botella a su madre. - Dale un buen trago.
Sheeba respiró hondo y le dio un trago largo al alcohol, mientras el alcohol hacia efecto, Jez preparó los utensilios, quemó la aguja para esterilizarla, enhebró el hilo y se dispuso a coser el gemelo de su madre, Marina tomó la mano de la mujer.
Unos minutos después, había terminado todas las curas de madre, se sentó en el suelo, junto a ella y le pidió a Marina que dejara pasar a los hombres.
Aron corrió hacia su esposa y se acuclilló junto a ella, que estaba dormida. Besó la frente de su mujer y después la de su hija, que aún tenía restos de la sangre de su madre en las manos.
-Jez, ¿puedes venir? -Jake se asomó por la puerta y le hizo un gesto con la cabeza para que saliera.
La chica se levantó del suelo, Gerome le dio un trapo para que se limpiara y salió de la casa. En la puerta se encontraba Jake con dos Caballeros del cuarto Cielo, a los que había entregado anteriormente al hombre.
-Cadete Krons –El caballero se llevó el puño al pecho y la chica lo imitó. - ¿Qué ha ocurrido?
La joven respiró hondo y empezó a contrales a los superiores todo lo ocurrido, con pelos y señales mientras uno de ellos iba tomando nota.
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