viernes, 2 de octubre de 2020

7. La preparación.

Jezebel pasó el resto de la mañana practicando en cómo se lo diría a sus padres, en especial a su madre, que era la que se negaría en rotundo a que acudiese a los entrenamientos. Pero tenía que contárselo hoy mismo, porque mañana daba comienzo la instrucción. 

Kathra se marchó poco después, estaba eufórica, iba por la calle dando brincos, enseñándole a todo el mudo la carta. 

Gerome fue el primero en llegar a casa, cargado con las bolsas del mercado. La joven lo ayudó a guardar los alimentos en la despensa. 

-Gerome... ¿puedo contarte algo super super importante? -Dijo la pelirroja en tono muy suave. 

-Por supuesto, señorita, cuénteme.- El mayordomo se sentó a la mesa, mirando a la joven. 

Jezebel no dijo nada, sólo le entregó la carta. El hombre la leyó en silencio, luego la miró, con una expresión mezcla de alegría y preocupación, se levantó de la silla y abrazó con fuerza a la joven. 

-Estoy muy orgulloso de usted, señorita. -Jez hundió la cabeza en el abdomen de Gerome, estaba a punto de romper a llorar, respiró hondo. - Me alegro de que esté más cerca de conseguir su sueño...-Colocó las manos en los hombros de la joven, alejándola suavemente y le acarició la mejilla con una sonrisa dulce. - ¿Se lo has dicho ya a tus padres? 

-No...-negó con la cabeza y algunos mechones pelirrojos le cayeron en el rostro. - Y no sé cómo hacerlo, sobre todo a mamá. -Volvió a respirar hondo, recomponiéndose 

-Creo que será mejor que se lo digas a los dos juntos, quizás durante la comida, así no sentirán que confías más en uno que en otro. - Jezebel lo miró y alzó una ceja. - Si, ya sé que confías más en tu padre, pero por eso mismo debes hacerlo así. Ahora, ayúdame a preparar la comida, esta noticia merece algo especial. -Declaró el hombre y sonrió abiertamente. 

Jezebel le devolvió la sonrisa y asintió. Ayudar a Gerome a cocinar la distraería un rato hasta que llegara la hora de contarles la noticia a sus padres. 




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