lunes, 2 de noviembre de 2020

31. Las Kazuya

Los jóvenes estaban parados frente al local. ‘’Panadería Kazuya’’ se leía sobre la puerta. Los chicos se miraron unos a otros. Bajaron de los caballos, los ataron y entraron al establecimiento. 

Cuando los cadetes accedieron a la tienda, una niña pequeña pasó corriendo delante de ellos y se metió detrás del mostrador. 


- ¿Hola? -Preguntó Kathra. - ¿Hay alguien? 


Una joven alta y bastante atractiva salió de la trastienda, escondida tras sus piernas, estaba la niña que había salido corriendo. 


-Buenos días, cadetes, soy Hitomi Kazuya, ¿qué puedo hacer por ustedes? -Preguntó la joven apoyando las manos en el mostrador. 


Los jóvenes se volvieron a mirar entre ellos. ¿La panadería era del Capitán Kazuya? ¿Hitomi era su esposa? Jezebel dio un paso adelante. 


-Buenos días, señorita, venimos por orden del Capitán Kazuya. -Jez se acercó al mostrador y dejó la carta. 


Los ojos de la joven se tornaron de la alegría a preocupación, tomó la carta, la abrió con presteza y la leyó. Se llevó una mano a los labios y luego miró a la niña. 


-Diles a Dana y Akemi que vengan. -Tal y como acabó de hablar la niña salió corriendo. La joven volvió a mirar a los cadetes y sonrió educada. - Siento mucho que mi hermano os haya mandado a vosotros para entregar la noticia... 


-Señorita Kazuya –Jake se adelantó y sonrió dulcemente para tranquilizarla. - El capitán nos ha enviado a nosotros porque entendemos la situación, la otra joven que ha desaparecido es como nuestra hermana, Kathra y yo nos criamos con ella en el orfanato. 


Dos mujeres salieron de la trastienda tiradas de la mano por la niña, Hitomi se giró hacia ellas y les entregó la carta. Una de ella se llevó la mano a los labios y sus ojos se humedecieron, la otra mujer la abrazó. Hitomi se giró hacia los cadetes y presentó a las mujeres. 


-Cadetes, ellas son mis hermanas, la mayor, Akemi y Midori, la más pequeña -Señaló a la mujer que estaba a punto de llorar y a la niña. - Y mi cuñada, la esposa de Phein, Dana Kazuya 


Ésta última se giró hacia los jóvenes y realizó el saludo de la orden. Los jóvenes se irguieron y la imitaron. Se acercó a ellos, dejando atrás a sus cuñadas mayores, la niña, Midori avanzó con ella. 


-Así que tú eres Jezebel -Extendió la mano hacia ella y Jez la estrechó - Es un placer conocerte al fin. Según me ha dicho mi marido eres una gran alumna y seguro que llegarás a ser un gran médico cómo él. -Dijo Dana alegremente soltando la mano de la joven. - Mi nombre es Dana Kazuya, caballero del quinto cielo, o al menos lo era antes de... 


-Quedarse embarazada –La interrumpió la Jezebel, Dana alzó una ceja y Jez bajó la mirada. - Disculpe. 


-Tienes buen ojo, eso significa que te está enseñando bien. -Dana rio suavemente. 


De repente, Jez notó que algo le tocaba el pelo, se giró y era Midori que volvió corriendo tras Dana, la joven pelirroja se acuclilló y se colocó la larga cola sobre el hombro. 


- ¿Te gusta mi pelo, Midori? -Sonrió dulcemente a la niña que asintió. - Ven, no tengas miedo. -La pequeña miró a Dana que le hizo un gesto para que se acercara y así lo hizo. 

Midori se acercó a Jezebel, tocó el largo y suave pelo de la joven y sonrió alegremente. 


-Me llamo Midori Kazuya. -Susurró la pequeña, Jez sonrió. 


-Yo me llamo Jezebel Krons -Imitó el tono de Midori y tendió la mano hacia ella, que estrechó alegremente. 


-Akemi, tranquila, Phein hará lo imposible por recuperar a Kaori. -Decía Hitomi a la vez que hablada en lenguaje de signos. Akemi era muda como María. 


Kathra se acercó a las mujeres y empezó a hablar en lenguaje de signos también, le explicó a Akemi que el Capitán ya estaba investigando lo sucedido y que pronto recuperarían a Kaori. 


La hermana mayor suspiró y se sentó en un taburete, después respiró hondo y en lengua de signos, le dijo a Hitomi que preparara bocadillos para todo el barracón, que necesitarían fuerzas para aguantar a Phein cabreado. Los tres jóvenes, que entendían lo que había dicho, no pudieron evitar una carcajada sincronizada. Akemi, Hitomi y Dana se pusieron manos a la obra. 


Las hermanas de Phein se parecían mucho a él, todos moremos y con esos ojos casi blancos. ¿Cómo no se había dado cuenta del parecido entre Kaori y Phein? 


-Señorita Krons –Midori la sacó de sus pensamientos. - ¿Puedo hacerle una trenza? 


-Claro, pequeña. -Jezebel le sonrió, se sentó en el suelo de espalda a la niña y se soltó la cola y le dio la cuerda a Midori. 


Al cabo de un largo rato, los jóvenes cadetes salían del establecimiento con un saco de bocadillos cada uno y, Jez y Kathra, con una larga trenza en el pelo cada una. 


Se despidieron de la familia del Capitán, montaron en los caballos y pusieron rumbo al barracón de nuevo. 





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