jueves, 12 de noviembre de 2020

39. Enfermería.

Le quemaba. La herida le quemaba. Jezebel se retorcía en los brazos de Derek. El joven la estrechaba contra su torso evitando que se le cayera. Cuando la dejó sobre una de las camillas de la enfermería, la pelirroja estaba gritando de dolor, apretaba la camisa de Derek con fuerza y se retorcía de dolor sobre la camilla. Minutos después llegó el capitán, seguido de William y Flavio. 

- ¿Qué ha ocurrido? -Pregunto Phein a Derek. 


-No lo sé, señor. -Derek abrazaba a la joven, evitando que se moviera, pero casi no podía retenerla. - Me estaba curando la pierna en el patio, discutimos y cuando se alejaba cayó al suelo de rodillas. Tenía sangre en la mano, parece que de las costillas. 


-Yo mismo le he cosido esa herida. -Phein observó a la pelirroja, luego a los tres cadetes. - Sujetadla.  


Los jóvenes obedecieron; Flavio le agarró un brazo, William le sujetó las piernas y Derek el otro brazo. Phein empezó a retirar las vendas del costado de la joven. Su rostro palideció a ver la herida que supuraba pus y seguía sangrando.  


Jezebel seguía gritando, las lágrimas corrían por su rostro, intentando moverse, pero sus compañeros lo evitaban en la medida de los posible. Estaba ardiendo, parecía tener mucha fiebre. El capitán se dirigió a un armario, cogió una jeringuilla con aguja, la rellenó de un líquido azulado y se la inyecto a Jez en el hombro. Tiró la jeringa, tomo otra y la llenó de líquido rojo que le inyectó directamente en la herida. La pelirroja dejó escapar un gran alarido de dolor y acabó por desmayarse. 

 


Horas más tarde, volvió poco a poco en sí. Le dolía mucho el costado, pero, al menos, ya no le quemaba. La mano de alguien estaba agarrando la suya. Giró la cabeza lentamente. Derek. El joven estaba sentado en una silla junto a ella, con los brazos cruzados, la cabeza sobre ellos y sujetaba la mano de la joven. Estaba dormido. Jez se sonrojó suavemente, pero negó con la cabeza. Mala idea, ahora todo le daba vueltas. Miró a su alrededor, era de noche. Se percató que no había nadie más en la enfermería y se extrañó. 


-Gritabas mucho y los trasladamos a las habitaciones. -Dijo Silver que entraba en ese momento. 


-Silver... -Susurró la joven. - ¿Llevo toda la tarde inconsciente? 


-No, cielo...-La joven negó con la cabeza - Llevas tres días aquí... -Miró a Derek. - Y él contigo. No se ha movido de aquí desde que el capitán tuvo que intervenirte. 


-Vaya...-dijo la pelirroja observando a Derek, luego miró a Silver. - ¿Intervenirme? ¿Qué me ha pasado? 


-No estoy segura... pero parece que te envenenaron cuando te hirieron. -Informó la joven rubia. Cogió la mano de Jez y la apretó. - Ay, cielo... se te oía gritar desde el otro lado del barracón. Cuando llegué a la puerta y vi como estabas me asusté. Parecía que te estabas quemando... La forma de moverte y de gritar...-La joven se estremeció. - No sabría imaginarme por lo que has pasado. 


-La verdad -Comenzó la pelirroja y apretó la mano de Silver. - No lo recuerdo bien... Se que estaba en el patio, discutiendo con Derek después de volver a coserle la herida del muslo, me dirigía a la enfermería para devolver los utensilios, noté una punzada en el costado y...todo lo demás está borroso...  


-Descansa, cielo. -Silver sonrió dulcemente y le besó la frente. - ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre?  


-La verdad es que no, gracias Silver.  -La joven le devolvió la sonrisa. 


-Creo que el capitán te ha estado dando... cosas para que no tuvieras hambre y que así descansaras más. -Dijo la joven mientras se alejaba. 


Jez dio un pequeño respingo al ver que en la puerta estaba William cruzado de brazos, permanecía en silencio. Cuando salió Silver de la estancia, el joven se irguió y asintió levemente hacia Jezebel, luego siguió el camino con Silver. ¿Desde cuándo era William el que esperaba a Silver? La joven sonrió y negó levemente con la cabeza. 


Se giró despacio hacia Derek, quedando tumbada de costado. Le acarició el pelo y, no sabía exactamente cuándo, se quedó dormida, aun sujetando la mano del joven. 




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