martes, 17 de noviembre de 2020

42. Nuevos datos.

 Jezebel salió de la oficina del capitán y volvió al dormitorio, las chicas habían vuelto. 

JEZ! -gritaron todas. 


Mika se levantó de la cama rápidamente y se acercó corriendo a Jezebel que puso los brazos hacia delante para detenerla. 


-No, no, no, tranquila –Dijo Jez sonriendo, la joven se detuvo en seco poniendo cara triste. - Ven aquí, tonta, pero despacio...-Bajó los brazos, se cubrió el costado con una mano y abrazó a Mika con el otro brazo. 


- ¿Estas mejor? -Preguntó Kathra desde la cama. 


-Si, aunque sigo dolorida. -Soltó a Mika y se acercó a su propia cama. - Voy a necesitar ayuda para lavarme el pelo durante unos días.-Rio suavemente la joven. 


-Bueno –Dijo Karim mientras se sentaba con ella en la cama. - ¿Qué te ha pasado? 


- ¿Y me lo preguntas tú? -Sonrió, tomó a Karim por el mentón y le movió la cabeza con cuidado. - ¿Estás bien? 


-Aún me duele y me mareo a veces, pero al menos ya puedo moverme tranquilamente. -Contestó la joven. 


- ¿Estáis todas bien, entonces? -Preguntó Jez mirando a las chicas. 


-A mi aun me duele la espalda, pero no es nada grave, estoy bien, tranquila. -Dijo Kathra. 


-No cambies de tema. -Dijo Marina. - Tú parecías que era la que mejor estaba y, de repente, te tuvieron que operar. 


-Me envenenaron. - Soltó la pelirroja y todas se quedaron perpleja mirándola. - La daga con la que me hirieron estaba bañada en un veneno raro.  


-Pero... ¿ya estás bien? -Preguntó Kathra mientras se acerca a ella, sentándose a su lado. 


-Si -Asintió la joven, pasando un brazo por los hombros de su amiga. - El capitán me operó y sacó esto de mi herida. -Metió la mano en el bolsillo y sacó el recipiente que le había dado Phein y se lo dio a Kathra. 


Las chicas se pasaron unas a otras el recipiente, que lo miraban con cara de asco, hasta que le llegó a Hannako 


- ¡Yo he visto esto antes! -Exclamó la joven. 


- ¿Dónde? -Dijo Jez.- ¿Dónde lo has visto? 


-En las alcantarillas, cuando estaba en la... jaula. Algunos de los hombres se lo pasaban unos a otros. -Explicó la joven. - Quizás Félix sepa lo que es... 


Tras escuchar las palabras de HannakoJezebel saltó de la cama, cogió el recipiente y fue directa a la habitación de los chicos.  


Felix! -Gritó la joven que entró sin miramientos a la habitación masculina. - ¡Oh dios! -Paró en seco, se cubrió los ojos con una mano y se giró. 


-Pero ¿qué haces, loca? -Dijo Antonio cubriéndose con una toalla. 


- ¿No sabes llamar? -Preguntó Flavio mientras se subía los pantalones. 


-Perdón, perdón -Dijo la joven que se quitó la mano del rostro, pero aún sin girarse. - ¿Dónde está Félix? 


-En la ducha, ¿es urgente? -Respondió Jake. 


-La verdad es que sí. -Dijo la pelirroja. 


-Espera, lo aviso. -Dijo Jake mientras su voz se alejaba. 


Minutos después, unas manos se apoyaron en la cadera de la joven y la empujaban fuera de la habitación. La pelirroja miró por encima de su hombro, era Félix, aunque le faltaba la camisa aún. 


- ¿Se puede saber qué ocurre para que entres así en nuestra habitación? -Preguntó Félix. 


-Esto. - Jez se giró y le enseñó el recipiente de cristal a Félix.- Hannako dice que lo vio desde la jaula y que quizás tú sepas que es. Es lo que Phein sacó de mi herida. 


-Es una raíz de no sé qué. -El joven tomó el recipiente y lo observó. - Si, estoy seguro de que es lo mismo, pero no recuerdo el nombre. Algunos hombres del Rey de las Ratas lo usan en sus armas para envenenar a los enemigos. Tarda algunas semanas en que sea visible y cuando lo hacen es como una especie de raíz que se alarga hasta llegar al cerebro y lo aprieta hasta que termina... ¿reventando? No , creo que era algo así.  


-Eso es lo que opina Phein. -Asintió la joven. 


-Creo que la única forma de detenerlo es extrayéndolo del cuerpo, pero se agarra a cualquier tejido... 


-Lo que hace que la extracción sea más difícil, lo sé, lo he sufrido. -Le interrumpió la joven. - ¿Sabes de donde lo sacan? -El joven negó con la cabeza y Jez frunció los labios, desilusionada. 


-Oye, parece que ya estás mejor, ¿no? -El joven sonrió y le dio un pequeño golpe en el hombro. 


-Phein quería que me quedase en la enfermería unos días más, pero eso sería imposible...-rio la joven. 


- ¿Qué hacéis? -Preguntó Derek que subía las escaleras. Al ver la escena, se cruzó de brazos y gruñó levemente. 




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