viernes, 20 de noviembre de 2020

45. La Vigilia.

La sombra se acercó a ellos, que dieron varios pasos hasta quedar los tres juntos, y se materializó un hombre, que sonreía de forma sarcástica. 

-Sed bienvenidos a mi reino, pequeños...-Y realizó una exagerada reverencia antes los cadetes. 


-Eres...¿El Rey de las Ratas? -Preguntó Jez, algo titubeante. 


-Oh...-El hombro soltó una gran carcajada. - Por el dios de las tinieblas, no... Querida, yo soy el Rey de las Pesadillas, ese inútil trabaja para , al menos no es de los más inútiles 

-Miró hacia un lado, como si hablara con alguien más, pero no había nadie. 


- ¿Qué hacemos aquí? -Preguntó William 


-Vosotros habéis tocado mi umbral, queridos... Vosotros mismos habéis entrado. 


-Y... ¿y cómo salimos? -Preguntó Mika, su voz era temblorosa. 


-Por la salida, queridos... -Señaló hacia lo que parecía era el Palacio de Arkangel.- Pero la pregunta es... ¿llegaréis para salir? -El hombre volvió a carcajearse y desapareció entre la niebla. 


Los tres jóvenes se miraron y empezaron a correr hacia el palacio. Las calles, los edificios, las estatuas... todo era exactamente igual que en Arkángel, pero no tenía color, parecía una noche eterna, las plantas estaban secas, no había animales, no había nada. 


- ¿Ya os vais? -Una voz femenina y sugerente les habló desde lo alto de una casa. 

Los jóvenes cadetes frenaron en seco y se volvieron a poner en guardia, había tres sombras allí arriba que los observaban. 


-Dejadme que haga las presentaciones. -El Rey de las Pesadillas reapareció delante de ellos, dándole la espalda a las sombras. - Me encanta ver vuestras caras en este momento...  


-Bien, William Moore, para ti, mi querido niño maltratado, te regalo a Milliaw –La sombra cayó del tejado y cuando tomó suelo se desvaneció, dejando ver a... ¿William? Era exactamente igual que él, pero tenía el cabello blanco.   


-Para ti, Mika comoteapellides, te regalo a Kaim –La segunda sombra realizó el mismo movimiento, y apareció Mika, también con el pelo blanco. 


-Y para ti, mi queridísima pelirroja, para ti tengo a Lejbeez. -La tercera sombra imitó a las anteriores y cuando se desvaneció la niebla, una persona exactamente igual a Jezebel, incluso con la misma cicatriz en el ojo, pero tenía el pelo blanco y los ojos azul blanquecinos. Detrás de ella, un gigantesco mandoble flotaba en el aire. 


Los tres cadetes se quedaron petrificados al ver sus copias, eran un reflejo de ellos mismos, pero había algo que les diferenciaba, las copias parecían estar vacías, sus ojos parecían vacíos. 


-Queridos míos, os lo explicaré... -El Rey comenzó a andar delante de ellos, pasando por delante de las copias. - Ellos son vuestros espectros. -Paró junto a Kaim y le acarició la mejilla, a lo que la chica sonrió fríamente. - Ellos han nacido de vosotros. Cada persona que entra en el Vigilia, deja una parte de ella aquí y así es como nacen los espectros. Si los espectros logran destruir a su original, renacen en sus cuerpos, tomando toda su vida. Si un original destruye a su espectro, genial por él o ella. Si un original, reabsorbiera a su espectro...-Miró a los espectros y rieron. - bueno, eso jamás ha ocurrido...


Los cadetes dieron un paso atrás, no perdían de vista a sus espectros. Una de las manos de Mika, agarró con fuerza la cadera de la camisa de Jezebel. De repente, tras los jóvenes, se abrió una grieta envuelta en luz y algo tiró de ellos.  


Cuando recobraron el sentido, había luz. Jez se sentó de un salto, con la respiración agitada, William estaba junto a ella y Mika al otro lado. Miró a su alrededor, estaban de nuevo en Arkángel. Mika gritó al despertarse. Phein se giró hacia ellos, tenía los ojos completamente blancos y la furia era patente en su rostro. 










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