viernes, 9 de octubre de 2020

15. Prueba inicial.

Con los primeros rayos de sol sonó un añafil que indicaba el inicio del día. Jezebel se levantó de un salto de la cama, estaba deseosa por empezar a cumplir su sueño. Se acercó a la cama de Kathra y la zarandeó para que se despertara. 

-Arriba dormilona. -Le gritó en el oído y Kathra se despertó dando un grito. 


-Te odio. -Le dijo a su amiga y se levantó de la cama. 


Jezebel empezó a vestirse con ropa cómoda, pantalones elásticos, camiseta interior y camisa ancha. Se sentó para atarse bien las botas, se recogió el pelo en una cola de caballo. Se colocó el tahalí con la bastarda en la espalda y se dispuso a salir de la habitación. 


Después de desayunar todos juntos, debía reunirse en el campo de entrenamiento, donde había aparecido un circuito completo. 


-Buenos días, cadetes. -El Capitán Kazuya llegó junto con la Sargento Iritia.- El primer entrenamiento será generalizado, atravesaréis todo el circuito, se valorará la rapidez y eficacia. Bien, comenzareis desde aquí -señaló una marca en el suelo. - correréis cien metros, cincuenta metros de salto, diez metros de escalada, quince de caída en cuesta, veinte metros en el barro, treinta metros de cuerda en cuerda y los últimos sesenta metros equilibrio y esquiva. En total son doscientos setenta y cinco metros. -Kazuya andaba frente a los cadetes según iba explicando las pruebas. - Para este recorrido no os harán falta las armas, así que podéis dejarla a un lado. Lo haréis de uno en uno, el primero será Castle. 


El joven se adelantó a los demás, dejó su daga y los estiletes, saludó al Capitán llevándose el puño al corazón y se colocó en la marca. Kazuya dio la orden de que comenzara el joven salió corriendo. 


Después de Castle, que lo hizo bastante bien, le tocó a Mika, que lo hizo más rápido, pero terminó con algunos rasguños. Luego fue el turno de William, que cayó de cara en el barro. Le siguió Alexander, que lo hizo perfecto. Derek, se cayó en uno de los saltos. Flavio se resbaló en las cuerdas. Era el turno de Jezebel. 


Respiró hondo, se colocó en la marca y cuando el Capitán dio la señal, corrió. Lo bueno de tener las piernas largas es que le facilitaron los saltos. Cuando llegó a la escalada, se secó las manos en el pantalón y subió, se dejó caer los quince metros por el otro lado y cayó en el barro, por suerte, sólo cubría hasta la rodilla. Consiguió salir, volvió a secarse las manos para tener mejor agarre en las cuerdas, llegando al final, empezaban a cansársele los brazos, respiró hondo y saltó al tronco de equilibrio, había como veinte metros hasta que empezaban los troncos a pasar por encima, que había que esquivar. Tomó carrerilla y se deslizó por debajo de cinco troncos, esquivó el sexto al levantarse. Todo se volvió negro. Notó un fuerte golpe en la cabeza y luego en el costado contrario. 




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